Alguien dijo los caminos
los caminos son imprevisibles.
Alguien dijo decisiones
las decisiones son indelebles.
Alguien dijo, inevitablemente,
yo lo dije, yo lo pre-dije.
Yo lo digo, el camino
el camino no está hecho.
Yo no digo, yo me callo,
es que a veces no decido.
Y es que a veces soy silente,
brindo y canto aún sin voz.
Los caminos, sólo dos.
Ora el sur, ora el norte.
Hay palabras para ser dichas, y hay palabras para ser silenciadas. Estas son las que ven la luz. Este es el parque, la Isla Nublar. Aquí están todos los dinosaurios, el tour, y demás fauna. Isla Sorna, el laboratorio, donde queda la escoba, está en otro lado. Enjoy.
lunes, mayo 28, 2007
miércoles, mayo 02, 2007
La celeridad de todo
Se supone que cuando uno es joven, tiempo es lo que uno tiene. Claro, cuando se es viejo, currículum es lo que se tiene. Experiencia. Les cuento que, a pesar de no sentirme particularmente viejo, tiempo es lo que me está haciendo falta.
Eso tiene dos lecturas. O por lo menos, son las dos que yo le veo al cuento. La primera es que, independiente de mi sensación, me estoy haciendo viejo. Pero como no me agrada la idea, prefiero quedarme con la segunda. Mi vida va muy rápido. Lo encuentro bastante bueno, pero no deja de tener sus costos. Poco tiempo para estar en pareja, para estar con amigos, para ser y hacer música, poco tiempo para darse cuenta de que se da cuenta, como decía el libro de psicología que tiene la gloriosa culpa de todo. Lo bueno es que no es tiempo perdido; es tiempo trascendente.
El problema es que el costo se resiste a ser revelado hasta que llegue la consecuencia.
Eso tiene dos lecturas. O por lo menos, son las dos que yo le veo al cuento. La primera es que, independiente de mi sensación, me estoy haciendo viejo. Pero como no me agrada la idea, prefiero quedarme con la segunda. Mi vida va muy rápido. Lo encuentro bastante bueno, pero no deja de tener sus costos. Poco tiempo para estar en pareja, para estar con amigos, para ser y hacer música, poco tiempo para darse cuenta de que se da cuenta, como decía el libro de psicología que tiene la gloriosa culpa de todo. Lo bueno es que no es tiempo perdido; es tiempo trascendente.
El problema es que el costo se resiste a ser revelado hasta que llegue la consecuencia.
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