domingo, noviembre 01, 2009

Notas al pie

Dicen por ahí que el problema no son las heridas, sino cuánto tiempo van a sangrar.

Yo creo que pasa lo mismo con las esperanzas.

Y con las consecuencias.

Y con las decisiones.

martes, septiembre 08, 2009

Efectivamente, bisagras y coyunturas


Estoy tan en deuda con este blog. Tan sólo con mencionar el periplo de Antofagasta, la muerte de mi abuela y mi reciente soltería ya tenemos para ríos de tinta. O el equivalente tecladístico, para ser más exactos. En fin. Creo que una buena parte de eso se irá a la Isla Sorna, donde vuelan las plumas. Pero en suma, debo decir que confirmo por ya enésima vez que mi peritoneo es el sentido más agudo que poseo. En efecto, se acercaba la bifurcación. Donde los caminos se apartan. El sentido de todo eso, creo que para variar se verá en la siguiente estación.

Y es que la famosa vieja de Matrix Reloaded sí tenía razón. En ciertos momentos uno puede ver lo que se aproxima, pero no se puede ver más allá de las decisiones que se han tomado. Y por otro lado, existen ciertas decisiones que uno sí tomó, pero aún no sabe. La pega ahí no es tomarlas, sino entender el por qué de esas decisiones.

Hay más, pero no pienso decirlo. Por lo menos, no sobrio. Buenas noches, Nublar.


martes, julio 14, 2009

Preguntas al aire, a alguien, a nadie

¿Alguna vez has sentido que estás entre paréntesis?
¿O que "algo se viene?
¿Alguna vez has tenido la sensación de que crees que sabes lo que va a pasar, pero (si es que lo sabes) no tienes idea de a qué propósito sirve ese algo?
¿Alguna vez te has sentido en la coyuntura, justo en la bisagra que articula dos etapas de tu vida?

Cuando sientas eso, mai frend, haremos salud. Por qué, ya lo averiguaremos.

Salud.

jueves, abril 02, 2009

Canto mudo (o "sin-fónico")

Canto al misterioso son del ritmo y el deseo,
canto en re mayor desde el infierno hasta las nubes;
bailo el insidioso beat de mil incertidumbres,
bailo hasta el cansancio, hecho trizas, sol de enero.

Círculos concéntricos,
ciclos antes gélidos,
formas incompletas,
sueños y quimeras

Canto al oneroso vals curtido en ceremonia,
canto mil canciones, tanto en paz como en tormenta;
danza en ritmos nuevos, piano solo y son de orquesta,
danza en partitura, del futuro a la memoria.

Oleo de pasiones, sueños prófugos e infieles,
baile de pinceles, fantasías de nada cierto;
danzo al lienzo en blanco, sinfonía del silencio,
canto eterno en ciernes, de corchea y decibeles.

martes, marzo 17, 2009

Manifiesto trasnochado

Crezco en medio de mujeres inmortales,
crezco en medio de un salón, lápiz y apuntes;
crezco entre las plantas, trascendencia y hora de once,
crezco con mis dudas, con sujeto y predicado.

Que la vida, que el mañana, 
que adultez y matrimonio,
que la prueba y el cuaderno,
tanta cosa grande y vana.

Surjo en medio de oficinas y papeles,
surjo aún entre dos mil cuentas impagas;
surjo en medio de un millón de interrogantes,
surjo a tumbos, entre gloria y sinsabores.

Y ésta es claramente la verdad entre quimeras:
he de ser lo inmaterial aquí en la tierra,
he de ser aquel que sueña en la cocina,
etéreamente, por qué no, toda la vida.

lunes, febrero 23, 2009

Musas, timing... y Pablo, siempre Pablito clavando un clavito

Y así con el año que comienza. Ya pasó enero, ya pasaron las vacaciones, ahora comienza en serio. Ha pasado agua bajo el puente, Dios sabe que ha pasado bastante. Pero es hora de comenzar.

Cada día tiene su afán, decía el nazareno. Pues bien, yo digo que cada año tiene su nombre. En mi caso, ha habido un año del herrero, de la siembra y la cosecha. Han sido buenos años. Esta vez, mi ejercicio va a ser distinto. Me atrevo, en un arranque de arrogancia, a cantar la bola. Nada de esperar a ver qué ocurre, para estar en lo correcto cuando todo termine. También alguna vez escuché que todos somos generales después de la guerra. Se requiere de un cierto tipo de aplomo para tomar el riesgo, y proponer el resultado antes de que éste se presente. Así que, como creo que la trascendencia es de quien cruza el río, me voy a lanzar al agua. Voy a decir qué año quiero tener. La nueve, en la de la esquina de allá. Con la once.

Quiero que este año sea el año del lanzamiento. 

Puta que eres ambiguo, dirán algunos. 

Les cuento, no es tan ambiguo como se podría pensar. Resulta que a veces, las cosas sencillamente se conjugan. ¿Se han fijado que las malas noticias son gregarias? Vienen juntas. Descubres que tienes un no-se-qué impago, te quedas cesante, la lolita 
te dice que no está segura y justo el brocacoshi
jajajajaja el brocacoshi jajajaja
se enferma de un no-se-qué-bien-caro. No hay caso. Vienen en patota, como diciendo "eh, te creías tan bacán? Aquí estamos, toma!!". 

Pues ocurre que las buenas noticias, la buena racha, también tiende a responder a la misma fórmula. En mi caso, hay varias cosas. La independencia, la -al parecer- buena racha para mi familia de origen, la banda rockera 
(otro día lo explico), 
la sorpresa de mis cuerdas vocales
(idem),
la presentación de mis composiciones, todo se conjuga para que, sencillamente, dé el salto. No sé a qué, pero a algo. Y ése es precisamente el desafío. Tener los cojones para dar la talla. Por eso, mis queridos radioescuchas, quiero que este año sea el año del lanzamiento. No es menor. Lo que estoy diciendo, en el fondo, es que quiero que este sea el año en que me atreva a explotar mi potencial. Si lo piensan bien, es un deseo muy ambicioso. Créanme, lo he pensado. La parte más importante del desafío, es que para lograrlo hay que tener la mente clara. Y las manos ocupadas. Hay que trabajar. Si este año es lo que creo que es, no puedo estar ocioso. Tampoco distraído. No me puede pillar sin haber precalentado, tiene que pillarme listo para el desafío. Como decía Pablo Picasso, "si la inspiración ha de visitarme, que me sorprenda traba
jando"

¿Eres todo lo que podrías ser? Da susto la idea.

Tarea para la casa.

jueves, febrero 12, 2009

Tesón y trascendencia

Ya no recuerdo si alguna vez hablé del aikido aquí. Bueno, pues resulta que la práctica de lo que algunos llaman "el arte marcial de la paz", y muchos reconocen como una de las disciplinas de la lucha más difíciles de dominar, ha sido una de las experiencias más significativas de mi vida. 

Y por qué sería eso, me pregunta desde la galería mi interlocutor mental.

Resulta que a veces las vivencias tienen efecto en lugares inesperados. Una ruptura sentimental termina haciendo que uno crezca profesionalmente. En algún almuerzo familiar sale a relucir una frase de un profe de la universidad. La frase que vende el proyecto es sacada (qué tramposo, por Dios) de la última matiné hollywoodense de fin de semana. 

Pues resulta que con los tendones y ligamentos pasa algo p
arecido. Aunque no lo crean.

Nuestros mentores viven diciéndonos que la perseverancia, que la responsabilidad, que la coherencia, que pa-ta-tín-pa-ta-tán. Algunos son clever, y lo entienden de un sopetón, pero algotros
(jajaja gracias Papelucho) 
necesitamos de un cachamalpagadoble para entenderlo. En mi caso, la experiencia es bastante bizarra. Fue el dolor y la refutación. 

Oooookey, dirán algunos.

Imagínense una clase de educación física, en cualquiera de sus formas. Resulta que en esa clase de educación física uno tiene la clara idea de que no puede hacer
 más repeticiones de alguna cosa, o que ya te duelen los pulmones de tanto correr. Ahora imagínense en un dojo, tirado en el piso con la cara en la lona del tatami, chapoteando en una poza de su propio sudor. Imaginen que llega un minuto en que tienen el brazo estirado hacia arriba en una tensión imposible, y que el dolor es tanto que no existe nada, absolutamente nada más, y que creen -mentira, saben- que el hueso está listo para salir, para dislocarse, para quebrarse con el crujido tétrico y total de su propio cuerpo. Pues resulta que el sensei tuerce un poco más, Dios mío, otro poco más, y aún así no se rompe.

Eso es lo que queda, mientras meditas en seiza expeliendo vapor en silencio. 

No se rompió. Aún sigo aquí.

Eso, gente, es lo que trasciende. Cuando son las cuatro de la mañana, cuando ya no das más de sueño, cuando la pega es demasiada, cuando el cansancio amenaza peligrosamente con convertirse en una pataleta preescolar
no quiero yapo' ta' bueno, me quiero ir ya no quiero más
, cuando ya no das más. Es ése el preciso minuto cuando recuerdo el tatami, cuando recuerdo que no se rompió. Y es en ese minuto glorioso, cuando piensas que, si aguantaste un poco, sólo un poco más, por qué no vas a aguantar cinco minutos más.

Vamos. Cinco minutos más.

Y es ahí cuando haces historia.

miércoles, enero 14, 2009

Otra paradoja

A veces tienes tanta alegría, que lloras. A veces el asunto duele tanto, que ríes. A veces el silencio es tan insoportable, que dices cualquier cosa. 

Y a veces tienes tanto que decir, que terminas guardando silencio. 

Pues bien, mark my words, tercer planeta. Con mucho cuidado, subrayado, entre comillas, con rojo y luces de neón alrededor:

ALDO IN QUAVERLAND

El que sabe, sabe. Y el que no, busca en www.wordreference.com el significado de "quaver".

Gracias, tercer planeta. 28/02/09, el límite K-T en mi vida, hasta el momento. Si alguien quiere saber de qué carajo estoy hablando, you know the number.

Y si alguien lee esto, claro.