martes, abril 04, 2006

Dramaturgias

La vida es una gran obra de teatro. Tú tienes tus parlamentos. Otros, tienen otros parlamentos. Como hay tantas obras de teatro como vidas existen, cada uno es el protagonista de la propia obra.

No el guionista.

Ergo:

Los parlamentos de los otros son de los otros, no propios.
No escribes el guión; eso lo escribe algo más, o alguien más.
Puedes llamarle Dios, si es que quieres. Yo a veces le llamo música.
El control es una ilusión. Es pega del guionista, no de uno.
La pega de uno es dar la interpretación del siglo.
Gánate el Oscar, ésa es la trascendencia.

Gánate el Oscar.

Gánate el Oscar.

3 comentarios:

Rupert dijo...

bastante cierto en todo caso...
Mis parlamentos van de maravillas ultimamente...
quizás debería prestarle un poco más de atención a la intencionalidad del personaje...

jajaja
un abrazo compadre
suerte en todo
Rupert

Marce dijo...

Es cierto, a veces el guionista nos da el protagónico, otras veces un papel secundario... a pesar de eso, siempre podemos aprovechar el escenario para demostrar de lo que somos capaces, y aunque sea el papel más pequeño, resaltar ante los otros...

te adoro ;)

Sun dijo...

Ex-ce-len-te!