lunes, febrero 23, 2009

Musas, timing... y Pablo, siempre Pablito clavando un clavito

Y así con el año que comienza. Ya pasó enero, ya pasaron las vacaciones, ahora comienza en serio. Ha pasado agua bajo el puente, Dios sabe que ha pasado bastante. Pero es hora de comenzar.

Cada día tiene su afán, decía el nazareno. Pues bien, yo digo que cada año tiene su nombre. En mi caso, ha habido un año del herrero, de la siembra y la cosecha. Han sido buenos años. Esta vez, mi ejercicio va a ser distinto. Me atrevo, en un arranque de arrogancia, a cantar la bola. Nada de esperar a ver qué ocurre, para estar en lo correcto cuando todo termine. También alguna vez escuché que todos somos generales después de la guerra. Se requiere de un cierto tipo de aplomo para tomar el riesgo, y proponer el resultado antes de que éste se presente. Así que, como creo que la trascendencia es de quien cruza el río, me voy a lanzar al agua. Voy a decir qué año quiero tener. La nueve, en la de la esquina de allá. Con la once.

Quiero que este año sea el año del lanzamiento. 

Puta que eres ambiguo, dirán algunos. 

Les cuento, no es tan ambiguo como se podría pensar. Resulta que a veces, las cosas sencillamente se conjugan. ¿Se han fijado que las malas noticias son gregarias? Vienen juntas. Descubres que tienes un no-se-qué impago, te quedas cesante, la lolita 
te dice que no está segura y justo el brocacoshi
jajajajaja el brocacoshi jajajaja
se enferma de un no-se-qué-bien-caro. No hay caso. Vienen en patota, como diciendo "eh, te creías tan bacán? Aquí estamos, toma!!". 

Pues ocurre que las buenas noticias, la buena racha, también tiende a responder a la misma fórmula. En mi caso, hay varias cosas. La independencia, la -al parecer- buena racha para mi familia de origen, la banda rockera 
(otro día lo explico), 
la sorpresa de mis cuerdas vocales
(idem),
la presentación de mis composiciones, todo se conjuga para que, sencillamente, dé el salto. No sé a qué, pero a algo. Y ése es precisamente el desafío. Tener los cojones para dar la talla. Por eso, mis queridos radioescuchas, quiero que este año sea el año del lanzamiento. No es menor. Lo que estoy diciendo, en el fondo, es que quiero que este sea el año en que me atreva a explotar mi potencial. Si lo piensan bien, es un deseo muy ambicioso. Créanme, lo he pensado. La parte más importante del desafío, es que para lograrlo hay que tener la mente clara. Y las manos ocupadas. Hay que trabajar. Si este año es lo que creo que es, no puedo estar ocioso. Tampoco distraído. No me puede pillar sin haber precalentado, tiene que pillarme listo para el desafío. Como decía Pablo Picasso, "si la inspiración ha de visitarme, que me sorprenda traba
jando"

¿Eres todo lo que podrías ser? Da susto la idea.

Tarea para la casa.

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