lunes, enero 09, 2006

Getting closer...



Alguien recuerda el primer poema en sepia? Por ahí debe andar... de hecho aquí lo pueden leer. El poema en cuestión está dedicado a un cierre de ciclo bastante inusual que me ocurrió con una persona. Al margen de que me gustaría saber qué ciclo se abre a propósito del cierre de ese otro, me llamó la atención lo profético que hay encerrado ahí.

De qué demonios está hablando, se preguntarán. Un poco más de información en este 18 de noviembre. El cuento es que al final del poema puse algo que habría ameritado una entrada de este blog, por sí sola. Una nota al pie, la explicación del por qué. Por qué sepia. Tiene que ver con la calidez, con esa sensación de hogar, de remembranza. Varias veces he tratado de explicar esa sensación, algunas veces con más éxito que otras. Bueno, esa vez traté de explicar con imágenes, no con palabras. Imaginen mi sorpresa cuando veo este impresionante sincronismo en que una foto tomada por un chiquillo que conocí en un asado me deja en sepia, a mí mismo. Justo en una época en que siento que cada vez me parezco más a lo que quiero ser. Es como si las postales del camino, las del relato, las internas, todas fueran en una misma dirección.

Creo que ahora entiendo a los masones, cuando dicen que no les gusta hablar de Dios con nombre, así, con mayúscula. Le llaman, sencillamente, El Gran Arquitecto. Hay una diferencia entre la foto y mi foto. En la foto sepia, el guitarrista está solo. Yo no, y eso no puede ser más inexplicable, más precioso, menos casual.

Gracias, Gran Arquitecto.

2 comentarios:

Marce dijo...

He ahí el poder del Gran Arquitecto: primero vienen bocetos, unos tantos parecen ir bien, hasta que un detalle no le parece bien, se arrugan y se van al tacho. Otros prosperan y se concretan en una gran, majestuosa y perfecta obra.

Entre artistas entendemos el código ;)

Unknown dijo...

You just got it, darling. Esa es la idea. O la sensación.

Y sí, nos entendemos perfectamente ;)