domingo, enero 29, 2006

Las otras postales del gran viaje

La gran paradoja de componer es el cuento calidad versus cantidad. Me refiero a lo que se expresa. No es como escribir palabras, que en unos minutos uno tiene un par de páginas de texto. La música se hace más lento, pero expresa con tanta (o más, en mi caso) vehemencia lo que se quiere decir. Precisamente porque puede adentrarse donde ya no hay palabras, donde uno sencillamente hizo corto circuito y se encoge de hombros. Puede contar lo que ocurre en el reino del silencio.

Esta postal de viaje no es nueva, precisamente, pero es parte de esta última estación. Es el regalo de bodas que le hice a dos amigos muy queridos que se calza-
(perdón)
casaron hace unos meses. Pensé en la sensación que yo podría tener, que ellos podrían tener mirando el álbum de fotos, años después. Algunos de esos amigos ya no están, algunos siguen, tanto que nos cambia el tiempo, esta otra persona ya está bajo tierra, pucha que éramos inocentes, en fin, todas esas cosas que el tiempo va grabando en nuestra conciencia. Y le escribí a esa sensación. De lo grande que es la vida, y de lo mucho que se abre camino.

De lo inmenso del amor, y lo natural que es el olvido.
Y lo trascendente de la memoria.

Neruda, sacúdete en tu cripta.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

que lindos momentos esos pues mi amigo...
en realidad q todos hemos tenido estaciones distintas en nuetros viajes ... pero lo bueno q por lo menos nuestras vias siguen relativamente juntas por un poco de trecho visible más...

Un abrazo mi amigo
cuidese mucho

Y aun me estay debiendo esa cerveza

Rupert

[ Hródric ] dijo...

qué bonito tema musical. me gustó más que el cantado de más arriba.

lo que la tecnología nos brinda ahora ...

*rorrro*